La mano que mece la cuna: muerte en Veracruz

En Veracruz, que arrastra años de corrupción y delincuencia organizada de gobiernos priistas y panistas coludidos con criminales y narcotraficantes, se vuelven a repetir las masacres. En cierta forma no nos sorprende que esto suceda, pero asombra que esta situación se dé con más regularidad en este sexenio y sin razón alguna aparente. Sabemos que nada sucede por casualidad y que todo tiene un porqué.

 

Parece que fuerzas malignas políticas se están esforzando por echar abajo la Cuarta Transformación del presidente de la república mexicana, Andrés Manuel López Obrador. Para ello, estas fuerzas aplican la máxima divide y vencerás, jalando los hilos de la desestabilización social en México para exigir la renuncia del mandatario a unas horas de que visite ese estado.

No es casualidad que Veracruz y Guanajuato se encuentren en el ojo del huracán por una delincuencia disparada y un aparente ajuste de cuentas. Por ejemplo, en el caso de Minatitlán, Veracruz, ¿por qué disparar a las personas a diestra y siniestra en una fiesta?, ¿por qué matar a 13 personas, entre ellas a un menor, sin razón alguna? No hace falta ser una eminencia o un perito para saber que se trata de un plan siniestro, orquestado para desestabilizar el gobierno de Andrés Manuel López Obrador.

Aunado a esto, se encuentra la corrupción dentro de las corporaciones policiacas estatales y federales, que son parte de la delincuencia organizada. ¿Cómo expulsar al diablo con el diablo? Las estrategias del presidente López Obrador no están dando resultado porque, cuando dice que las escaleras se barren de arriba hacia abajo, olvida que el actual sistema judicial en México se encuentra podrido y permeado por la delincuencia, y que hay que barrerlo al mismo tiempo desde arriba y desde abajo. Es necesario empezar por los ministros, jueces y magistrados de todos los niveles, que están dejando libre a la delincuencia organizada, y seleccionar con lupa a ministerios públicos, policías de investigación, peritos y demás lacras.

No cabe duda que la mano que mece la cuna está muy activa. Así que es vital actuar adecuadamente para tratar a la delincuencia como se merece, en especial a los autores intelectuales de todas estas atrocidades. No tenemos mucho que rascarle porque todos los mexicanos sabemos quiénes son y dónde están. Sólo hace falta un golpe contundente para llevar la justicia a todos los mexicanos, lo que tanto se pregonó, uno de los puntos focales de la Cuarta Transformación.

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