Entre el perdón y el olvido, el que perdona pierde

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¿Qué más se necesita para terminar con la impunidad? Sumergido en el Sistema Penal Acusatorio que murió antes de ver la luz y atado por las legislaciones hechas a modo, el gobierno mexicano da tumbos y no sabe qué hacer con todas esas lacras políticas que han destrozado el país, mientras que el pueblo está en espera de esa tan anhelada justicia que por décadas ha reclamado al mismo ritmo que los políticos han saqueado las riquezas de México.

 

Nos encontramos en una encrucijada entre el perdón y el olvido, aunque seguimos esperando la noticia de que algún político ha sido detenido o está siendo investigado. Vivimos entre avisos de investigaciones en secreto y políticos que se creen inalcanzables para la justicia porque mueven los hilos para hacer tropezar al actual gobierno y tienen tentáculos que llegan más allá de lo imaginable. Ellos, con todo el dinero robado, amasan grandes fortunas de miles de millones de dólares; sobornan o compran conciencias, principalmente de grupos de choque, sindicatos, grupos sociales y medios, y pagan sicarios para causar terror y elevar los números rojos con el objetivo de dañar al gobierno actual.

 

Es necesaria una acción rápida y contundente por parte del gobierno, ya que es muy clara cuál será la dinámica de la innombrable mafia del poder: minar la popularidad del presidente mexicano. Después de todo, al ritmo del lema “el que perdona pierde”, la escoria le ha perdido el respeto a AMLO y el miedo a la lenta justicia mexicana que, aunque sabe que la ley es muy clara y tiene tantas pruebas, sólo se limita a hablar en silencio.

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