Andrés Manuel López Obrador, los migrantes, los derechos humanos y la Constitución mexicana

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A casi 120 días en la presidencia de la república mexicana, AMLO ha revolucionado el país al dictar la agenda de actividades incluso mientras está fuera del territorio nacional. Gobiernos y ciudadanos extranjeros voltean hacia México admirados con el singular presidente que busca acabar con la corrupción de su país.

 

Es impresionante ver la tranquilidad y el conocimiento de la historia que tiene. Como un ajedrecista, indica sus movimientos en las mañaneras de todos los días. Los ciudadanos mexicanos están cada vez más encantados con su gobierno, de aquí que ha conseguido un grado de aceptación de más del 80 por ciento. Sin embargo, quizá se avecina un ave negra para su popularidad: la migración de los centroamericanos y la intervención del canciller Marcelo Ebrard.

 

Muy pocos confían en Marcelo por el descrédito que se ganó en las administraciones pasadas. Los mexicanos son recelosos de su actuar y más después de que firmó el pacto migratorio de la ONU. No sabemos cuánta influencia tiene el señor Ebrard sobre las decisiones del presidente ni si está jugando con las circunstancias; sin embargo, tenemos la certeza de que AMLO tiene muy presente el respeto hacia las personas, sin importar si se trata de migrantes. Quizás Ebrard tiene en cuenta que el presidente se guía por la Constitución y que éste es un hombre tanto de historia como de leyes. Esto nos ayudaría a entender la forma en que el canciller piensa y visualiza los acontecimientos, así como la razón de ese aparente apoyo hacia los migrantes.

migrantes

Para comprender mejor esto, tenemos que referirnos a los derechos humanos. ¡Ooohhh, los derechos humanos que —alerta de sarcasmo— “todo mundo respeta”! Se hace mucho escándalo en torno a ellos, pero es una moda y estamos muy alejados de ella como para entenderla. Por eso tenemos que detenernos a revisar qué son los derechos humanos, de dónde vienen y qué significan.

 

El Derecho Internacional de los Derechos Humanos se considera el inicio fuerte del reconocimiento de los derechos humanos. La revolución francesa transmitió una historia romántica acerca de ellos, según la cual el pueblo se unió para vencer al malo, al rey, pero lo que sucedió es que la clase media utilizó a los pobres para derrocar al soberano, sin que éstos últimos obtuvieran los mismos derechos que los primeros tenían, aun cuando se dio el reconocimiento para todos.

 

En México, ya existían mecanismos para proteger a los ciudadanos y garantizar que se respetaran sus derechos, los cuales estaban contenidos en las garantías individuales redactadas en la Constitución de 1857, cuyo título primero dice “De los derechos del hombre; de los mexicanos; de los extranjeros; de los ciudadanos mexicanos”.

 

Como dato curioso, antes de continuar, no está de más mencionar que la expresión ‘garantías individuales’ surgió por error. Los doctrinarios interpretaron mal el papel de legisladores al pensar en la Constitución de 1917, ya que durante 1916 se hicieron de documentos a fin de construir una ley que hiciera referencia a las cosas que consideraban adecuadas para el país, pero se desviaron y terminaron por reflejar en ella la realidad de otra nación, de EUA. ¡Pobre México, tan lejos de dios y tan cerca de los gringos! Por eso impactaron en muchos aspectos de la Carta Magna, como en el uso de la palabra ‘garantía’, proveniente de la Constitución americana, que se define como aquel instrumento que sirve para garantizar un derecho. Así que, al referirse a las garantías individuales, nuestra máxima ley contiene un poco de error por una mala traducción.

dia del migrante

Más allá de la equivocación mencionada, ¿por qué son importantes las garantías individuales?, ¿por qué hay una parte denominada “De las garantías individuales” en la Constitución de 1917?, y ¿qué motivó al legislador a determinar que tales garantías se abordaran en el capítulo uno?

El Estado tiene una obligación fundamental en relación con los derechos humanos: no violentar ningún derecho fundamental de las personas que se encuentran dentro de su territorio. Si sólo protegiera a los ciudadanos quedaría fuera mucha gente, y si sólo se refiriera a los pobladores seguiría quedando desamparada una gran cantidad de personas. ¿Qué sería de quienes sólo transitan por el país? Ellos no son pobladores, pero van pasando por el territorio y son personas.

 

Como una extensión de esta obligación, el Estado tiene que hacer todo lo posible para que los derechos fundamentales no sean violentados ni por los órganos de gobierno ni por otras personas. Entonces, ¿qué sucede cuando una persona decide violentar los derechos fundamentales de otros individuos?, y ¿quién tiene que actuar? Es obvio que el Estado debe implementar todas las medidas necesarias para que no se violenten los derechos individuales aun en esos casos.

 

En conclusión, por encima de la firma de un tratado o pacto migratorio que obliga al gobierno a respetar los derechos individuales de los migrantes, está la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos que los ha amparado desde su redacción.

 

Ahora sólo nos queda la incógnita de qué pasaría si los que están en tránsito, los migrantes, deciden violentar la paz social. El Estado tiene la obligación de hacer valer la Constitución mexicana protegiendo a los pobladores de tal agresión, pero el problema es que no se están aplicando medidas para regular el paso de migrantes. El presidente tiene que pensar si este problema será su talón de Aquiles y si permitirá que sus detractores tomen ventaja de la migración desmedida para hacer caer o minar su popularidad ahora en auge. Es tiempo de decisiones, y el gobierno pronto nos dará respuesta a este enigma.

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